Por: Guillermo Cruz Antonio
Estoy sentado en mi escritorio, saboreando un suculento y aromático café chiapaneco, quizá estoy soñando despierto, esto me pasa cuando sufro de "diarrea mental", mi pensamiento central se basa en la importancia de tener un propósito de vida y no desviarse, ser muy fiel a ese propósito.
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He descubierto que cuanto más grandes son mis sueños, mas obstáculos tengo que enfrentar. Mi propósito, mi misión es muy simple: estoy ayudando a muchas personas a despertarse y crecer, a las empresas e instituciones a que alcancen alta productividad y excelencia en el trabajo.
Entre mejores resultados tengo, más es el compromiso y más me pongo a prueba.
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Los verdaderos lideres, sonríen ante la adversidad. Saben que eso es parte del juego. Comprenden que la vida ponen a prueba a los grandes soñadores, a los apasionados revolucionarios. Es similar a un proceso de selección natural: sólo los más fuertes y los mejores llegan a vivir escuchando lo que les dice el corazón.
Se que si fracaso al hacerlo no lo lamento, pero se que si lamentaré toda mi vida no haberlo intentado nunca.
Así, superaré cualquier barrera de resistencia con la que me enfrente. No perderé de vista mis metas y propósitos mantendré los ojos bien abiertos en mi sueño, este mundo pertenece a tí y a mi, independientemente si ganamos o perdamos, habremos marcado una gran diferencia.
NO BAJES LA GUARDIA; NO TE RINDAS